Esta serie surge durante el período de la pandemia, en momentos de tanto dolor mundial, venerando una creencia milenaria, que pretende transmitir fortaleza espiritual. A lo largo de cuatro años, por miedo e incertidumbre a atravesar el Saṃsāra, pinté todos estos túneles de oscuridad. Que invadido de angustia, me permitió exteriorizar esta perturbadora idea de la muerte. También pude comprender espacialmente así, la reconfortante posibilidad de reconocer la existencia de una deidad tutelar en nuestras vidas. Kwan Yin, diosa budista de la compasión, se me aparece como protectora al inicio del viaje. Es por esto que la selecciono como pieza central. Única imagen de belleza y presencia superior. Mas atrás se ve el comienzo del horror... la negra incertidumbre del Saṃsāra.
